Thursday, October 25, 2007

El Optimismo y Karl Popper

Esta entrada del primer día de este blog está dedicada al Optimismo.

Ayer, miércoles 24 de octubre de 2007, se publicó en Nature [1] la noticia de la identificación de la zona celebral humana que incide sobre el optimismo, por parte de investigadores de neurociencia de la Universidad de Nueva York. No está clara todavía la implicación de esto sobre los tratamientos contra la depresión. Pero es esperanzador. Quizás en el futuro tengamos también herramientas contra el pesimismo y podamos inyectar más optimismo a los humanos.

El filósofo Karl Popper (1902-1994), uno de los intelectuales más importantes del siglo XX, fue un permanente optimista que tenía fe en el progreso humano. Frente al pesimismo de muchos con respecto a la cultura moderna, Popper expresó:

“..…he de coincidir con los pesimistas cuando señalan que casi delibradamente educamos a nuestros hijos a acostumbrarse a la crueldad y la violencia, exponiéndolos a películas crueles y violentas en el cine y la televisión. Desgraciadamente, puede decirse casi otro tanto de la literatura moderna. Sin embargo, como optimista puedo decir que a pesar de todos nuestros intentos por propagar la violencia, aun quedan en el mundo muchas personas buenas y dispuestas a ayudar. Y a pesar de lo que pueden decir todos los pesimistas culturales sobre el carácter odioso de nuestra época –y que en ocasiones es bastante convincente- quedan aún muchas personas que se sienten felices de estar vivas.

Los pesimistas apuntan a la decadencia moral y política, a la desconsideración de los derechos humanos que todos creíamos garantizados. Tienen razón. Pero ¿tienen también razón cuando culpan esto a la ciencia y a su uso en la tecnología? Sin duda, no. Y el optimista señala que la ciencia y la tecnología han hecho posible una modesta prosperidad a los pueblos de Europa y América y que han desterrado de grandes zonas del mundo la ominosa pobreza y el sufrimiento del siglo pasado.

..…En la historia de la humanidad ha habido subidas y bajadas. Puede coexistir una gran riqueza con una gran depravación, y la properidad artística puede darse simultáneamente a un declinar del sentimiento humanitario y la buena voluntad. ….., en mi larga vida, he sido testigo no sólo de regresión sino de claras muestras de progreso. Los pesimistas culturales que no desean admitir que nuestra época y nuestra sociedad tenga nada bueno, están ciego a esto y ciegan a los demás. Creo que es perjudicial que intelectuales destacados y admirados digan continuamente a la gente que, en realidad, viven en el infierno. De este modo, no sólo les hacen sentirse insatisfechos –y esto no sería tan malo- sino también infelices. Les depojan de la alegría de vivir. ¿Cómo terminó su obra Beethoven, que en su vida personal fue profundamente desgraciado? Con el Himno a la alegría de Schiller.

Beethoven vivió en una época de frustradas esperanzas de libertad. La Revolución Francesa había concluido con el reinado del terror y el Imperio de Napoleón. La restauración de Metternich eliminó el ideal de democracia y agudizó el antagonismo de clases. La pobreza de las masas era terrible. El Himno a la alegría de Beethoven es una apasionada protesta contra el antagonismo de clases por el que se divide a la humanidad; mientras que Schiller dice: “fuertemente dividida” (streng geteilt), Beethoven cambia estas palabras en un lugar, para un arranque coral, y escribe: “insolentemente dividida” (frech geteilt). Sin embargo, no conoce el odio de clases; sólo conoce el amor a sus congéneres. Y casi todas sus obras terminan en espíritu de calma, como la Misa Solemnis, o de alegría, como las sinfonías y el Fidelio.

Muchos de nuestros artistas actuales han sucumbido víctimas de la propaganda pesimista acerca de nuestra cultura. Creen que su tarea es presentar lo que consideran un mundo horrible o un período histórico horrible de una forma horrible. Es cierto que también algunos grandes artistas del pasado hicieron lo mismo; piénsese por ejemplo en Goya o Käthe Kollwitz. Esta crítica social es necesaria, y debe ser profundamente conmovedora. Pero su significación no debe estar en la lamentación, sino más bien en la llamada a superar el sufrimiento, como en Las Bodas de Fígaro, obra plagada de crítica a su época. Está llena de ingenio, sátira e ironía; pero también contiene una significación profunda. Hay en esta gran obra mucha seriedad e incluso aflicción, pero también mucha alegría y una vitalidad desbordante.” [2, 3]

Es posible proyectar la aplicación de las palabras de Popper hacia otras esferas más allá de la cultura, y los intelectuales y artistas. Pienso en nuestro enfoque cuando reportamos y/o comentamos noticias en los medios de comunicación y la blogsfera. En las conversaciones personales con amigos y familiares. En los comentarios de los profesores a sus alumnos, y viceversa. En los mensajes electrónicos que enviamos o reenviamos a otros.

Como bien lo expresó Popper, “Todos los seres vivos van a la búsqueda de un mundo mejor.” [4] Todos buscan mejorar o evitar el deterioro de su situación, desde los organismos unicelulares hasta las plantas y los más compejos animales. En esa búsqueda interviene el ensayo y error. Éxitos rotundos también pueden crear nuevas situaciones problemáticas (por ejemplo, la sobrepoblación por los avances de la medicina y nutrición). No hay otro camino que seguir la búsqueda constante de soluciones. Y para los seres sociales como los humanos, las soluciones dependerán en gran medida de la cooperación y los aportes de todos.

Ayudaría un poco más si en vez de sólo externar descontentos, quejas y críticas sobre lo que ocurre en nuestro entorno inmediato, la sociedad, o hasta la humanidad y el mundo, nos tomásemos el tiempo para reflexionar sobre ello. Y así posiblemente podamos ingeniar, sugerir y ser parte activa de las soluciones.


Notas
[1] Kerri Smith, “Optimism brain regions identified”, Nature News, 24 de octubre de 2007, http://www.nature.com/news/2007/071024/full/news.2007.191.html.

[2] Karl Popper, parte de su discurso pronunciado el 26 de Julio de 1979, con motivo de la inauguración del Festival de Salzburgo, titulado “La autocrítica creativa en la ciencia y en el arte”, In search of a better world. Lectures and essays from thirty years, trad. española (En busca de un mundo mejor) 3ra. reimpresión, Barcelona: Paidós, 1996, 284-286.

[3] Pueden también leer este artículo en inglés sobre la utilización del arte para retratar los horrores del siglo XX: Theodore Dalrymple, “A Lost Art”, City Journal, Spring 2001, http://www.city-journal.org/html/11_2_urbanities-a_lost_art.html.

[4] Karl Popper, “Un resumen a modo de prefacio”, In search of a better world. Lectures and essays from thirty years, trad. española (En busca de un mundo
mejor
) 3ra. reimpresión, Barcelona: Paidós, 1996, 10.


Foto
Field Of Sunflowers With Sky And Clouds
© Peter Zaharov Dreamstime.com

1 comment:

Anonymous said...

Well written article.