Monday, April 28, 2008

El Arca de los Anfibios y 2008 Año de las Ranas - Los anfibios en crisis

I
Introducción


El título no se refiere a un gran diluvio en camino y el plan para recurrir al viejo método de Noé (aunque sí se está implementando una variación de esa idea antigua); ni tampoco a que la rana haya desplazado a la rata en el horóscopo chino.

Está relacionado con una silenciosa crisis ecológica de proporciones catastróficas que ha estado desarrollándose desde hace mucho tiempo.

Desde hace varias décadas la población de los anfibios (ranas, sapos, salamandras, tritones, cecilias o ápodos, etc., que componen toda una clase dentro de la taxonomía de los animales) ha estado declinando rápida y silenciosamente en todos los rincones del mundo donde habitan, a un ritmo muy superior al de las otras especies.

El Arca de los Anfibios (Amphibian Ark – AArk) es una iniciativa global para salvar a las especies amenazadas mediante su crianza en cautiverio, en diversos centros alrededor del mundo, con el objetivo a largo plazo de devolverlas a su hábitat natural cuando las amenazas hayan cesado. El 2008 Año de las Ranas (2008 Year of the Frog) es la campaña publicitaria de concientización y recaudación de fondos que está realizando el AArk.

II
Declive de los anfibios


Alrededor de un tercio de las alrededor de 6000 especies de anfibios se encuentran amenazadas, y 165 especies pudieran ya estar extintas [1, 2], lo que constituye para muchos la mayor extinción de especies en masa desde la desaparición de los dinosaurios hace unos 65 millones de años.

El tema fue resaltado públicamente por primera vez en la comunidad científica en el año 1989, durante el Primer Congreso Internacional de Herpetología (que estudia los reptiles y anfibios) celebrado en Canterbury, Inglaterra, cuando un grupo de científicos reportaron el declive que habían observado en la población de las ranas [3, 4].

Ranas, sapos, salamandras, tritones, cecilias (ápodos), etc., especies que han poblado la Tierra desde unos 360 millones de años están desapareciendo a un ritmo alarmante.

Esta realidad ha permanecido desafortunadamente alejada de la publicidad y del conocimiento del público general, a diferencia de la buena promoción y acogida que han recibido los casos de otras especies más carismáticas: los osos panda, las ballenas, los tigres, los gorilas, los osos polares, etc.

III
Causas del declive


Entre las causas principales del declive de la población de los anfibios se señalan:

  • Pérdida y degradación de los hábitats
    Causadas por los asentamientos y las explotaciones humanos. En este tema se incluye también la fragmentación de los hábitats.

    Representa la mayor amenaza, afectando un 89% de las especies amenazadas [5, 6].


  • Enfermedades
    Varias enfermedades causadas por bacterias, virus, hongos, etc., han sido asociadas al declive.

    La contagiosa quitridiomicosis, causada por el hongo quítrido Batrachochytrium dendrobatidis (Bd), ha estado diezmando y extinguiendo rápidamente la población de los anfibios a un ritmo muy superior a las demás causas. En el medio silvestre no es tratable ni contenible y, al introducirse en una zona, puede llegar a matar en pocos meses hasta un 80% de los anfibios nativos [7].

    Aunque fue solo en el año 1998 que se pudo determinar definitivamente esta enfermedad como una de las principales causas [8], el inicio de su diseminación se remonta a los años 1930, cuando las ranas de uña africana (posibles portadoras resistentes del hongo) comenzaron a ser despachadas desde África al mundo entero para ser utilizadas en las pruebas de embarazos y estudios de laboratorio. El creciente comercio mundial de mascotas y alimentos también ha contribuido a su expansión [7].

    La quitridiomicosis infecta la piel, la cual es un órgano vital con el que muchos anfibios respiran y absorben líquidos. Con los animales cautivos se puede combatir con antimicóticos y calor [9].

    A fines de octubre del 2007 científicos en Nueva Zelanda descubrieron que el potente antibiótico cloramfenicol es capaz de matar al hongo causante de la letal enfermedad. Las pruebas en las ranas tanto con ungüento oftálmico humano como con solución con el cloramfenicol resultaron efectivas. Es un avance significativo aunque quedan todavía reservas con sus posibles efectos secundarios en los anfibios (causa anemia en los humanos), y la imposibilidad de aplicarlo a los ejemplares no cautivos [11, 12].


  • Polución
    Los pesticidas, desechos industriales, metales pesados (plomos), el PCB, las lluvias ácidas, etc., todos afectan a los anfibios, especialmente a las ranas [3, 10]. Las sustancias pueden pasar directamente a los anfibios, o a través del consumo de insectos (en el caso de pesticidas).


  • Cambio Climático
    El aumento de la temperatura puede alterar los ciclos reproductivos de las ranas, aumentar las sequías, inundaciones, lluvias ácidas, provocar una mayor diseminación de los contaminantes, etc.

    Existen también efectos secundarios más sutiles: el incremento de la temperatura puede contribuir a disminuir el nivel inmunológico de las ranas haciéndolas más susceptibles a enfermedades y, al disminuir el nivel de las lagunas, exponer a los embriones a un mayor nivel de rayos ultravioletas, debitándoles también su nivel inmunológico [3].


  • Predadores y especies intrusas
    Los cangrejos de agua dulce, las ranas toros (Rana catesbeiana), los sapos de caña, las ratas, y las truchas son algunos de los animales que han diezmado poblaciones de ranas en los EUA, Australia y Nueva Zelanda [3, 8]. Incluso con la introducción de la inofensiva planta arroyuella (Purple-loosestrife, Lythrum salicaria) se ha observado la invasión del espacio de los humedales por ella, restándoles hábitats a las ranas [8].


  • Sobreexplotación
    Esto incluye a sus usos como alimentos (ancas de ranas, carne de ranas, salamandras, etc.), mascotas, especímenes para investigaciones científicas y fines educativos (disección en laboratorios), fuentes medicinales, e incluso como cebos de pescas [8, 9].
IV
Importancia de los anfibios


Los anfibios han estado en la Tierra desde hace 360 millones de años. Ya estaban aquí antes que los dinosaurios, y han sobrevivido a los tres últimos grandes episodios de extinciones en masa [14]. Actualmente habitan en todos los continentes excepto la Antártida.

Juegan un papel importantísimo en los ecosistemas y la vida de los humanos [3, 7, 13]:
  • Ocupan un importante eslabón en la cadena alimenticia, tanto como presas como depredares.


  • Ayudan a controlar la población de los insectos y otros invertebrados, contribuyendo a controlar la propagación de enfermedades provocadas por los insectos (dengue, fiebre amarilla, malaria, encefalitis, etc.) y los daños a los cultivos.


  • Su piel produce compuestos que se usan en la medicina para analgésicos, antibióticos, estimulantes para víctimas de ataques cardíacos y tratamientos para diversas enfermedades incluyendo depresión, ataques al corazón, convulsiones, Alzheimer y cáncer. La rana de ojos rojos australiana (Litoria chloris) y especies relacionadas, produce una sustancia capaz de prevenir la infección del virus VIH (causante del SIDA).


  • Sirven como excelentes “indicadores naturales” que alertan sobre condiciones ambientes inseguras.

    Por su piel delgada, que les ayuda en la humectación y respiración, son particularmente susceptibles a las sustancias contaminantes. La vida bifásica de las ranas (desovan y se desarrollan como renacuajos en el agua, y viven como adultos en la superficie) también las hace sensible a la polución en ambos ambientes. En consecuencia, juegan un papel similar al de los canarios en las minas de carbón que alertan sobre los gases tóxicos.

    Los efectos que se han observado en los renacuajos y las ranas tanto en estudios como en la naturaleza, productos de la contaminación por la atrazina (un fertilizante), el DDT, el PCB, la dioxina, etc., pudieran ser una alerta a sus posibles efectos similares en los humanos. Entre esos efectos observados están la esterilidad y la feminización. En los humanos se ha reportado en algunas sociedades disminuciones drásticas en la cantidad promedio de esperma en los hombres adultos.


  • Han formado parte de la cultura humana desde hace mucho tiempo, como agentes de buena suerte, elementos culinarios, personajes en cuentos, etc.
V
Esfuerzos para la protección


En el año 2004 fue presentada la Evaluación Global de Anfibios (Global Amphibian Assessment – GAA, ver Resumen [1] y Lista de Datos [2]), resultado del trabajo de casi 600 expertos de 60 países, donde se evaluó por primera vez el estatus de todas las especies conocidas de anfibios. Algunos de sus hallazgos alarmantes fueron: cerca de un tercio (32%) de las especies de anfibios están amenazadas, lo que representa 1896 especies. Aproximadamente 165 especies pudieran ya estar extintas, 34 especies extintas ya confirmadas, una está extinta en la naturaleza, y por lo menos 130 no han sido vistas en años recientes y posiblemente están extintas. Para tener una mejor idea de la gravedad, en comparación “solo” el 12% de las especies de aves y el 23% de las especies de mamíferos están amenazadas [1].

En respuesta a dicha evaluación, en septiembre del 2005 se organizó en Washington, D. C., la Cumbre para la Conservación de Anfibios (Amphibian Conservation Summit) organizada por la Comisión de Supervivencia de Especies (Species Survival Comission – SSC) de la Unión Mundial para la Naturaleza (World Conservation Union – IUCN), el grupo responsable de la famosa publicación anual Lista Roja (IUCN Red List) que presenta el estatus de conservación de las especies del mundo.

Durante cuatro días delegados de 80 países (expertos científicos, académicos, conservacionistas, conocedores de las realidades sociales de las zonas afectadas, etc.) trabajaron para elaborar el Plan de Acción para la Conservación de Anfibios (Amphibian Conservation Action Plan – ACAP [9]).

VI
El Arca de los Anfibios y 2008 Año de las Ranas



Para implementar dicho plan unieron esfuerzos dos filiales de la IUNC – SSC, el Grupo Especialista en Conservación y Cría (Conservation Breeding Specialist Group – CBSB) y el Grupo Especialista en Anfibios (Amphibian Specialist Group – ASG), a los cuales también se unió la Asociación Mundial de Zoológicos y Acuarios (World Association of Zoos and Aquariums – WAZA). Las tres instrucciones pusieron en marcha en septiembre del 2007 el proyecto del Arca de los Anfibios (Amphibian Ark – AArk, url: http://www.amphibianark.org/), involucrando inicialmente a zoológicos y acuarios en unos 35 naciones [15]. La iniciativa es un esfuerzo de colaboración global «para desarrollar, promover y guiar programas de manejo ex-situ, haciendo posible de esta manera la supervivencia a largo plazo de anfibios para los cuales la protección adecuada de sus ambientes naturales no es posible en la actualidad.» La idea es rescatar los anfibios en peligro y colocarlos «en una “custodia de protección” en instalaciones exclusivas para este fin y con las medidas de bioseguridad necesarias. Zoológicos, acuarios y otras instituciones alrededor del mundo mantendrán a salvo y reproducirán cientos de especies asegurando la supervivencia a largo plazo de aquellos anfibios para los cuales su protección en el medio natural no es posible en la actualidad. La esperanza es que esas especies de anfibios rescatadas sean devueltas a su medio natural una vez las amenazas originales hayan sido controladas.» [7]

La campaña 2008 Año de las Ranas (2008 Year of the Frog, url: http://www.2008yearofthefrog.org/) es una iniciativa del AArk para crear mayor conocimiento y consciencia en el público sobre la crisis, recaudar fondos, promover colaboraciones entre diversas instituciones alrededor del mundo, exponer las formas posibles de participación del público en la conservación de los anfibios, generar un interés sostenido a largo plazo sobre el tema, incrementar el interés por la protección de la biodiversidad, e impulsar a la comunidad zoológica a un posición de líder mundial en la conservación [7].

La crisis de los anfibios es un problema de conservación mundial, por cuanto los hábitats de esas especies están repartidos en todas partes del mundo, y los beneficios que proporcionan esos animales potencialmente también llegan a toda la humanidad.

El Arca de los Anfibios y la campaña 2008 Año de las Ranas son dos iniciativas genuinamente globales que fomentarán también la cooperación internacional, involucrando no solo la participación de organizaciones conservacionistas y gobiernos, sino también la participación directa de personas individuales.

El éxito de ambas iniciativas representará una muestra de la capacidad de la humanidad para trabajar en conjunto para enfrentar con éxito los desafíos globales.

Por ello, y por la importancia de la conservación de las especies, y la vital función de los anfibios en el mundo, personalmente exhorto a todos interesarse por el tema, informarse, contactar sus instituciones locales, diseminar las informaciones (incluyendo entre niños y escuelas), influir en sus comunidades y gobiernos, y participar directamente en lo que sea posible. De esa manera nos hacemos un favor a nosotros mismos, a nuestros hijos, al mundo, y a las generaciones venideras.

VII
Informaciones y estadísticas importantes


En el informe Evaluación Global de Anfibios (Global Amphibian Assessment – GAA, ver Resumen [1] y Lista de Datos [2]) del 2004 se indica que la mayor cantidad de especies amenazadas está en América Latina: Colombia (209 especies), México (198), Ecuador (163) y Brasil (110). Sin embargo, el nivel mayor de amenaza se centra en el Caribe: Haití (92%; 46 especies amenazadas de un total de 50), República Dominicana (86%; 31 de 36), Cuba (81%; 47 de 58), Jamaica (81%) y Puerto Rico (72%).

En el caso de la isla la Hispaniola, en la República Dominicana y sobre todo en Haití, la principal causa de la amenaza a los anfibios es la destrucción de su hábitat natural.


Notas y Fuentes
[1] Global Amphibian Assessment, “Summary of Key Findings”, http://www.globalamphibians.org/summary.htm (25 de abril de 2008).

[2] NatureServe, “Global Amphibian Assessment Fact Sheet”, septiembre de 2004, http://www.natureserve.org/library/amphibian_fact_sheet.pdf (25 de abril de 2008).

[3] New Zealand Frog Research Group (NZFROG), “The Amphibian Extinction Crisis”, http://www.nzfrogs.org/Amphibian+Extinction+Crisis.html (23 de abril de 2008).

[4] Amphibian Conservation Alliance, “David B. Wake, Professor of Biology and Curator of Herpetology, University of California, Berkeley”, http://www.frogs.org/aboutus/board.asp#David%20Wake (27 de abril de 2008).

[5] Global Amphibian Assessment, “Major Threats”, http://www.globalamphibians.org/threats.htm (26 de abril de 2008).

[6] NatureServe, “Disappearing Jewels: The Status of New World Amphibians > Executive Summary”, 2004, http://www.natureserve.org/publications/disappearingjewels.jsp (25 de abril de 2008).

[7] Amphibian Ark, 2008 Año de las Ranas, Guía Informativa Global, http://www.amphibianark.org/Global%20InfoPack%20CD%20Aark/YOTFGlobalInfoPackinSpanish[1].pdf (25 de abril de 2008).

[8] B. E. Young, S. N. Stuart, J. S. Chanson, N. A. Cox, y T. M. Boucher, Disappearing Jewels: The Status of NewWorld Amphibians, Arlington, Virginia : NatureServe, 2004, http://www.natureserve.org/publications/disappearing_jewels.pdf (25 de abril de 2008).

[9] C. Gascon, J. P. Collins, R. D. Moore, D. R. Church, J. E. McKay, y J. R. Mendelson III (eds.), Amphibian Conservation Action Plan, Gland, Suiza y Cambridge, Reino Unido : IUCN/SSC Amphibian Specialist Group, 2007, http://www.amphibians.org/newsletter/ACAP.pdf (24 de abril de 2008).

[10] AmphibiaWeb, “Worldwide Amphibian Declines: How big is the problem, what are the causes and what can be done?”, 12 de marzo de 2008, http://amphibiaweb.org/declines/declines.html#factors (24 de abril de 2008).

[11] Kim Griggs, “Frog killer fungus 'breakthrough'”, BBC News, 30 de octubre de 2007, http://news.bbc.co.uk/2/hi/science/nature/7067613.stm (27 de abril de 2008).

[12] Eric Wagner, “Eye Ointment for Frogs”, Conservation Magazine 9, no. 1 (Enero-Febrero 2008), http://www.conbio.org/CIP/article10824.cfm (26 de marzo de 2008).

[13] Amphibian Ark, “Los Anfibios como indicadores de salud ambiental y su contribución a la humanidad”, http://www.amphibianark.org/Spanish/indicators.htm (27 de abril de 2008).

[14] Charles Q. Choi, “Greatest Mysteries: What Causes Mass Extinctions?”, Live Science, 8 de agosto de 2007, http://www.livescience.com/strangenews/070808_GM_mass_extinctions.html (16 de marzo de 2008).

[15] Kyodo News, “'Amphibian Ark' project launched”, Japan Times online, 12 de septiembre de 2007, http://www.amphibianark.org/Press%20coverage/JapanTimesonlineSept12.pdf (25 de abril de 2008).

[16] Emma Marris, “Bagged and Boxed: It's a Frogs Life”, Nature News, 26 de marzo de 2008, http://www.houstonzoofrogs.com/en/art/?30 (1 de abril de 2008), url original: http://www.nature.com/news/2008/080326/full/452394a.html.

[17] EDGE (Evolutionarily Distinct and Globally Endangered species), “EDGE Amphibians”, http://www.edgeofexistence.org/amphibians/default.php (28 de abril de 2008).

Imágenes
Afiche de EAZA (European Association of Zoos and Aquaria – Asociación Europea de Zoológicos y Acuarios)
http://www.amphibianark.org/images/EAZA_E_1_Seite_1%20(2)%20poster.jpg
Logo YOTF (Year of the Frog – Año de las Ranas) en español
http://www.amphibianark.org/images/aa%20logo%20Espanol%20w.tag.sp..jpg

Monday, April 21, 2008

La conservación de las especies: ¿por qué preocuparnos?

I
Preámbulo


ٕLas causas ecologistas y medioambientales están actualmente muy de moda. Desde hace un buen tiempo muchísimos son los grupos y personas que las apoyan, una buena cantidad —posiblemente la mayoría— motivada por real convicción propia, otros cuantos por simple moda, y también prestigio e imagen ante los demás.

La necesidad de proteger el medio ambiente quizás no amerita demasiado esfuerzo de convencimiento. El cambio climático, en una buena medida de origen antropogénico por las emisiones de los gases de efectos invernadero, es un tema central (aunque no único) en esa causa, y ya ha hecho sus estragos en el mundo. De no tomarse las medidas correctivas y paliativas de lugar, las consecuencias que se anticipan para las décadas futuras son aún más graves: sequías, inundaciones, desaparición de zonas costeras, incremento de las tormentas en cantidad y fortaleza, mayor diseminación de enfermedades tropicales, etc.

Pero en lo que respecta a la conservación de las especies, su importancia puede ser menos evidente. ¿Por qué debe realmente el Homo sapiens preocuparse por la preservación de otras especies de animales, plantas y otros seres vivos?

II
Aportes de las plantas y los animales


Tanto las plantas como los animales juegan papeles esenciales en la existencia de los humanos. Esa parte es bastante evidente e indisputable.

Las plantas convierten la luz solar en oxigeno y absorben el dióxido de carbono (CO2), un proceso vital para la vida en la Tierra. Su existencia es también fundamental para el medioambiente. Muchas plantas también son nuestras fuentes de alimentos, y realizan el mismo papel para algunos animales de ganado, e incluso para otras plantas (en forma de fertilizantes). De las plantas también extraemos las materias primas para muchos objetos, maderas, papeles, celulosas, vitaminas, medicinas, cosméticos, resinas, fibras, carbón, etc. Con la creciente demanda por los combustibles biológicos, se agrega otro papel protagónico a las plantas.

De las criaturas del reino animal, usamos un número de especies como fuentes de alimentos, animales de carga y transporte, mascotas, compañeros, guardianes, etc. Algunas pobres criaturas cumplen la labor —muchas veces degradante y penosa— de entretener a los humanos, exhibidas en los circos, como luchadores en las corridas y lidias de toros, combatientes en las peleas de gallos, o como simples víctimas de las crueles cazas deportivas. Otras nos “facilitan” sus lanas, pieles, pelos, grasas, y hasta hormonas, colágenos, enzimas, proteínas y órganos. Muchas sufren miserablemente como las víctimas de nuestros experimentos e investigaciones médicas y psicológicas (que por desgracia en la etapa actual de la ciencia y tecnología aún no tenemos todavía sustitutos viables y confiables para reemplazar esas pruebas con seres vivos). El estudio de la fisiología de algunos animales enriquece nuestras investigaciones sobre posibles curas a enfermedades humanas. Y para que algunas de esas especies existan y podamos aprovecharlas, deben existir otras que les sirvan de alimentos.

Hasta aquí todo es bastante evidente, y ninguna persona sensata lo disputaría. Lo que se torna menos evidente es ¿por qué preocuparnos más allá de la preservación de ciertas especies de plantas y animales (y otras formas de vidas incluyendo hongos y bacterias) con cuya existencia las necesidades humanas se pudieran, en teoría, satisfacer?

III
Extinciones de especies en masa


Para contestar esa pregunta válida es pertinente aclarar primero que las extinciones han ocurrido desde el inicio de la vida en la Tierra. En el estado natural normal se estima que aproximadamente anualmente desaparece una por cada un millón de especies, y otra nueva surge, manteniendo así el equilibrio [1].

Estudios científicos también han determinado que en los últimos 500 millones de años han ocurrido cinco episodios de cataclismos naturales que ocasionaron extinciones en masa, de entre 50 hasta 95 por ciento de las especies [1, 2].

Algunos estiman que estamos actualmente presenciando la sexta extinción en masa, la del período Holoceno. La diferencia con las anteriores es que en la actual la causalidad no es tanto producto de cataclismos naturales, sino de la intervención de una única especie, la nuestra, el Homo sapiens. Las deforestaciones, el cambio climático, las cazas y pescas sin control, la devastación de los hábitats, la contaminación ambiental, etc., todos productos de nuestra especie.

La estimación conservadora del ritmo actual de las extinciones es de 100 veces superior al ritmo en estado natural, pero otros estiman que es entre 1000 y 10000 veces superior [1, 3].

IV
Razones para preocuparnos


Aunque la biodiversidad se ha recuperado en la Tierra tras cada episodio de extinción en masa, la recuperación es extremadamente prolongada: en cada ocasión tardó entre 10 y 100 millones de años [3].

Dada la presencia e intervención ubicua del hombre en todo el planeta, es muy posible que en esta ocasión la biodiversidad no pueda ser recuperada. A menos que también desaparezca el Homo sapiens [4]. En ese sentido el ejemplo de Chernóbil (Chernobyl) es bastante triste y dramático: tras el desastre nuclear del 1986, desaparecieron de la zona contaminada los humanos, pero la vida no se resignó, y en ausencia de los humanos ha vuelto a florecer allí en forma notable un ecosistema, con su flora y fauna [5].

Existe el importante y delicado tema del ecosistema, de la interrelación entre los seres vivos, sus dependencias unas de otras. La desaparición de una especie muchas veces puede trastornar el equilibrio del ecosistema, entre cuyas posibles consecuencias está la desaparición de otras especies.

Preservar el medio ambiente ayuda a preservar el ecosistema (y las especies que lo componen), pero lo mismo es cierto a la inversa. La degradación de uno los dos puede inducir a degradaciones continuas de ambos, por influencias mutuas.

El valor de los “servicios ocultos” que nos ofrecen los ecosistemas del mundo es estimado en unos 50 billones de dólares al año, aproximadamente igual a la suma del producto nacional bruto de todos los países del mundo. Y esa cifra se refiere solo a servicios que ocurren naturalmente, sin incluir los beneficios de las explotaciones que realizamos [6].

Pero supongamos que la desaparición de una especie en particular no trastorne realmente el ecosistema, ¿aún así deberíamos preocuparnos?

La respuesta sigue siendo sí. Y existen razones de diversas índoles para justificarla.

Para los religiosos, está el tema de la creación divina, ¿cómo no proteger y tratar de preservar parte de esa creación? ¿Cómo dejar que parte de esa creación desaparezca por causa de nuestras acciones?

Pero sin llevarnos por motivaciones religiosas, existen otras justificaciones puramente humanas.

Desde el punto de vista moral y filosófico, de la misma manera como, justa y correctamente, protegemos las obras maestras de arte universal, preservándolas para las futuras generaciones, las especies merecen similar protección. ¿Qué pensarán de nosotros las futuras generaciones si por nuestra negligencia e indiferencia desaparecen los osos polares, las ballenas, los anfibios, los tigres, los gorilas, etc.? Ningún cuadro de Giotto, Rafael, Rembrandt, o Picasso podrá sustituir esas desapariciones. Ni tampoco lo harán el Partenón, las pirámides de Giza, las Cariátides, o la Piedad.

En otro ángulo filosófico y moral, está también el tema del valor intrínseco de los seres vivos, muchos de los cuales comparten nuestra capacidad para sentir dolor y temor. Es un campo abordado por algunos filósofos utilitaristas (Peter Singer, entre otros) y recientemente Martha C. Nussbaum ha agregado su enfoque de capacidades al tema. Aunque ha sido aplicado mayormente para defender los derechos de los animales, si se puede atribuir valor intrínseco a seres individuales, defender el derecho de existencia y evitar la desaparición de especies tiene igual sentido.

Si todo lo anterior no es suficiente para convencer, todavía queda el enfoque puramente egoísta: la existencia de la biodiversidad tiene un inmenso potencial de beneficios para la humanidad [1, 2, 3, 4, 7]. Y eso incluye a todos los tipos de seres vivos, animales, plantas, hongos, bacterias, etc.

Se han descubierto bacterias que degradan el petróleo crudo y producen metano [8]. Algunas pudieran ser usadas para auxiliar las labores de saneamiento tras los derrames de petróleo [9]. En Chernóbil (Chernobyl), el lugar de desastre nuclear del 1986, se ha descubierto hongos que usan la radioactividad para producir energía y reproducirse [10]. Y a unos tres kilómetros debajo de la superficie terrestre, algunas bacterias utilizan menas de uranio, en vez de la luz solar, para producir energía [11]. Esos son solo algunos descubrimientos “exóticos” más recientes.

Una gran cantidad de especies aún no han sido estudiadas por los científicos. Muchas otras aún no han sido ni siquiera descubiertas [12].

Toda esa riqueza de especies, de materiales genéticos, aún por estudiar contiene un gran potencial de beneficios para futuros avances en la medicina, fisiología, genética, alimentación, tecnología energética, etc. De perderla ahora el futuro de los humanos, de nuestra especie el Homo sapiens, sería menos brillante. Y ciertamente también menos seguro.

Notas y Fuentes
[1] Julia Whitty, “Gone: Mass Extinction and the Hazards of Earth's Vanishing Biodiversity”, Mother Jones, 25 de abril de 2007, http://www.motherjones.com/news/feature/2007/05/gone.html (18 de abril de 2008).

[2] Charles Q. Choi, “Greatest Mysteries: What Causes Mass Extinctions?”, Live Science, 8 de agosto de 2007, http://www.livescience.com/strangenews/070808_GM_mass_extinctions.html (16 de marzo de 2008).

[3] Steve Connor, “The Big Question: How quickly are animals and plants disappearing, and does it matter?”, Independent, 2 de enero de 2007, http://www.independent.co.uk/environment/nature/the-big-question-how-quickly-are-animals-and-plants-disappearing-and-does-it-matter-430489.html (17 de marzo de 2008).

[4] Jerry Coyne y Hopi E. Hoekstra, “The Greatest Dying”, The New Republic, 24 de septiembre de 2007, http://www.truthout.org/issues_06/092507EC.shtml (29 de septiembre de 2007).

[5] Rusty Rockets, “Chernobyl: No People But A Thriving Ecosystem”, Science a GoGo, 7 de octubre de 2005, http://www.scienceagogo.com/news/chernobyl_environment.shtml (19 de abril de 2008).

[6] El número es 50 000 000 000 000. La cifra dada en la referencia [4] es 50 trillones de dólares, a la usanza de los EUA. En dicha usanza un billón equivale a mil millones, y un trillón a mil billones. Seguimos aquí la usanza “correcta”: un billón equivale a un millón de millones, y un trillón a un millón de billones.

[7] E. O. Wilson, “What About the Rest of Life?”, Time Magazine, 13 de marzo de 2008, http://www.time.com/time/specials/2007/article/0,28804,1720049_1722077_1722010,00.html (14 de marzo de 2008).

[8] Katharine Sanderson, “Oil-eating bacteria make light work of heavy fuel”, Nature News , 12 de diciembre de 2007, http://www.nature.com/news/2007/071212/full/news.2007.375.html (12 de diciembre de 2007).

[9] Blackwell Publishing Ltd., “A Hope For Oil Spill Bioremediation”, ScienceDaily, 17 de mayo de 2005, http://www.sciencedaily.com/releases/2005/05/050517063708.htm (20 de abril de 2008).

[10] Kate Melville, “Chernobyl Fungus Feeds On Radiation”, Science a GoGo, 23 de mayo de 2007, http://www.scienceagogo.com/news/20070422222547data_trunc_sys.shtml (13 de diciembre de 2007).

[11] Kate Melville, “Exotic Underground Bacteria Thrive On Radiation Rather Than Sunlight”, Science a GoGo, 20 de octubre de 2007, http://www.scienceagogo.com/news/20060919234956data_trunc_sys.shtml (20 de abril de 2008).

[12] Los científicos han identificado aproximadamente 1.8 millones de especies, pero se estima que existen mucho más especies. Algunas fuentes estiman que el número total de especies en la Tierra es entre 5 y 100 millones: Andrea Thompson, “Greatest Mysteries: How Many Species Exist on Earth?”, Live Science, 3 de agosto de 2007, http://www.livescience.com/strangenews/070803_gm_numberspecies.html (16 de marzo de 2008).

Imágenes
Animalia Diversity
Plants
Wikimedia
http://commons.wikimedia.org/wiki/Image:Animalia_diversity.jpg
http://commons.wikimedia.org/wiki/Image:Plants.jpg