Showing posts with label Música. Show all posts
Showing posts with label Música. Show all posts

Tuesday, July 14, 2009

Liberté, égalité, fraternité


Hoy Francia está de fiesta: es el 220.º aniversario de la Toma de la Bastilla, que marcó el 14 de julio de 1789 el inicio de la Revolución Francesa.

En 1989, hace 20 años, se celebró con grandes pompas el bicentenario de ese capital evento. En el punto culminante de las celebraciones oficiales y ante un público que incluía al presidente francés François Mitterrand, importantes altos dignatarios mundiales y millones de televidentes alrededor del mundo, la soprano estadounidense de raíces afroamericanas Jessye Norman, envuelta con los colores de la bandera francesa, cantó La Marsellesa en el escenario majestuoso de la Plaza de la Concordia.

Las poderosas imágenes de ese evento que presencié a través de CNN nunca me han abandonado, pero nunca las había podido reencontrar hasta hace pocas semanas, gracias a la Web. Aquí va el vídeo.



Jessye Norman canta La Marsellesa en la Plaza de la Concordia, Paris, el 14 de julio de 1989, en la culminación de la celebración del bicentenario de la Revolución Francesa.

---------- 0 ----------

Pocos meses más tarde el mundo vivió y celebró con regocijo otro acontecimiento histórico: la caída del Muro de Berlín y el fin de la Guerra Fría.

A pesar de que es cierto que el lema «Liberté, égalité, fraternité» está todavía lejos de ser una verdadera realidad en toda la humanidad, sí hemos avanzado y paso a paso seguiremos avanzando.

1789 es la terminación de mi cuenta de correo electrónico para este blog y es en honor a la Revolución Francesa.


Monday, June 22, 2009

Nobuyuki Tsujii en el Van Cliburn 2009


Nobuyuki Tsujii nació en Tokio, Japón, en 1988. Ha ganado diversos concursos de piano desde que era un niño y el pasado 7 de junio de 2009 ganó con solo 20 años la medalla de oro del prestigioso y exigente Concurso Internacional de Piano Van Cliburn, este año en su decimotercera versión, en Fort Worth, Texas. Su primer premio fue compartido con el todavía más joven Haochen Zhang de China, de 19 años, el participante de menor edad. Ambos resultaron los primeros ganadores asiáticos en la historia de ese importante evento cuatrienal que se celebra desde 1962.

La medalla de plata fue para la pianista surcoreana Yeol Eum Son de 23 años.

La proliferación actual de talentos musicales juveniles alrededor del mundo y muy específicamente en los países asiáticos, hace que nada de lo dicho anteriormente resulte extraño o demasiado impresionante si no le añadimos la siguiente información: Nobuyuki Tsujii es ciego de nacimiento.

Es la primera vez que un invidente triunfa en el Van Cliburn (otro invidente participó en 1973) y la segunda ocasión que el primer premio es compartido (la otra vez fue en el 2001).

---------- 0 ----------

La calidad interpretativa de Nobuyuki Tsujii impresiona por sí sola y es independiente del hecho de que sea ciego, pero su invidencia eleva aun más su proeza.

Quizás sea un hecho normalmente desconocido ―o al menos pocas veces resaltado―, pero la ausencia del sentido de la vista no ha sido obstáculo para que a través de la historia hayan existido muchos notables músicos ciegos. Varios casos recientes son muy conocidos: el cantante Andrea Bocelli, Stevie Wonder, Ray Charles, José Feliciano y el virtuoso jazzista Art Tatum, etc. [1]

La ausencia de la vista obliga a los invidentes agudizar sus otros sentidos. Se ha establecido que a nivel de la población general, la ocurrencia del oído absoluto (la capacidad para identificar y reproducir una nota musical sin ayuda de referencia externa) entre los ciegos es mucho mayor que entre los videntes; específicamente entre los músicos, normalmente menos del 20% de los videntes poseen el oído absoluto, mientras que un estudio científico arrojó que el 57.1% de los músicos invidentes en la muestra considerada poseían esa capacidad [2]. Los científicos consideran que la ausencia de la vista en los ciegos congénitos o los que perdieron la vista a muy temprana edad les permite aprovechar las neuronas de su corteza visual para otros sentidos, especialmente el sentido auditivo para los casos de los músicos [3].

En este caso, lo que quita la naturaleza lo ha compensado por otro lado, pero me parece que sería bastante injusto que por ello disminuyera nuestra apreciación del mérito de Nobuyuki Tsujii (y los otros notables músicos invidentes): ¿en comparación con los músicos videntes, cuántas dificultades adicionales confrontan los invidentes para poder realizar sus estudios y desarrollar su talento?

Aquí van cuatro videos de Nobuyuki Tsujii en el Van Cliburn 2009. Disfruten.

Actualización del 26 de junio de 2009, 1:00 p. m.:
Como muchos otros músicos invidentes, Nobuyuki Tsujii aprende las piezas musicales de oído, usando grabaciones y música en vivo. En su caso, sus profesores realizan grabaciones lentas de las nuevas piezas con las cuales trabaja y aprende. Aunque sí aprendió a leer música en braille, no la utiliza por resultarle ser un método mucho más lento.

Agregamos la información del webcast del Concurso Van Cliburn en la sección de Informaciones adicionales y tres enlaces más en Otros artículos en la Web.



Nobuyuki Tsujii interpreta a Franz Liszt (basado en un tema de Niccolò Paganini): Estudio n.º 3, La Campanella. Ronda preliminar.


Nobuyuki Tsujii interpreta a Ludwig van Beethoven: Sonata para piano n.º 29, Hammerklavier, 4.º movimiento (fuga). Ronda semifinal.


Nobuyuki Tsujii interpreta a Franz Liszt: Rapsodia húngara n.º 2. Ronda final.


Nobuyuki Tsujii interpreta a Sergei Rachmaninoff: Concierto para piano y orquesta n.º 2, final del 1.er movimiento. Ronda final.


Informaciones adicionales
El portal oficial de Nobuyuki Tsujii es http://www.nobupiano1988.com, el de la Fundación Van Cliburn es http://www.cliburn.org/ y el webcast del Concurso Van Cliburn es http://www.cliburn.tv/ (pueden ver allí varios videos de las interpretaciones de los finalistas, la ceremonia de la premiación, entrevistas y otros).

Otros artículos en la Web:

Tim Madigan, "Cliburn confidential: Nobuyuki Tsujii", DFW.com, 8 de mayo de 2009, http://www.dfw.com/entertainment/story/127440.html.

Barry Shlachter, “Japanese pianist doesn't need to see to dazzle Cliburn audiences”, Star-Telegram.com, 24 de mayo de 2009, http://www.star-telegram.com/news/story/1393778.html (este artículo ya no está disponible en la Web).

Michael Granberry, “Van Cliburn 2009: Piano is a passion for blind competitor”, Dallas Morning News, 26 de mayo de 2009, http://www.dallasnews.com/sharedcontent/dws/ent/stories/DN-blindpianist_0526gd.ART.State.Edition1.506f3ab.html.

Alyson Ward, “Blind pianist, teen performer triumph at 13th Cliburn competition”, DWF.com, 7 de junio de 2009, http://www.dfw.com/entertainment/story/138767.html?storylink=pd.

“Cliburn winner learns by ear and plays by heart”, Accessible Arts, 11 de junio de 2009, http://www.aarts.net.au/news/419/140/Cliburn-winner-learns-by-ear-and-plays-by-heart/.

Juliet Chung y Miho Inada, “Blazing a New Path in Classical Music”, Wall Street Journal, 12 de junio de 2009, http://online.wsj.com/article/SB10001424052970204482304574220150779764622.html.


Notas
[1] En estos dos enlaces de Wikipedia pueden encontrar más informaciones sobre músicos invidentes:

“Blind Musicians” http://en.wikipedia.org/wiki/Blind_musicians.

“Category: Blind Musicians” http://en.wikipedia.org/wiki/Category:Blind_musicians.

[2] R.H. Hamilton, A. Pascual-Leone y G. Schlaug, “Absolute pitch in blind musicians”, Neuroreport 2004, vol. 15, n.º 5, pp. 803–806, 9 de abril de 2004, http://www.musicianbrain.com/papers/Hamilton_APinBlinds.pdf (21 de junio de 2009).

[3] Este es un tema que ha sido estudiado por los científicos desde hace unos años. Para los lectores conocedores realmente interesados en el tema ―y también los curiosos empedernidos―, afortunadamente muchos de esos estudios están disponibles en la Web. A parte del mencionado en la nota anterior, listo abajo otros dos:

D.J. Levitin y S.E. Rogers, “Absolute pitch: perception, coding, and controversies”, TRENDS in Cognitive Sciences, vol. 9, n.º 1, pp. 26-33, enero de 2005, http://www.lifesci.sussex.ac.uk/home/Chris_Darwin/PerMuSo/pdfs/Levitin_Rogers_Tics.pdf.

N. Gaab, K. Schulze, E. Ozdemir y G. Schlaug, “Neural correlates of absolute pitch differ between blind and sighted musicians”, Neuroreport 2006, vol. 17, n.º 18, pp. 1853-1857, 18 de diciembre de 2006, http://www.brainmusic.org/EducationalActivitiesFolder/Gaab_AP2006.pdf.

Monday, December 22, 2008

Música para el alma (5)



Daniel Barenboim interpreta a Ludwig van Beethoven: la Sonata para piano n.º 14, Claro de luna, 1.er movimiento.

El nombre con el que se conoce comúnmente esta sonata, Claro de luna, realmente no lo puso el compositor, sino que fue sugerido posteriormente por el poeta y crítico musical Ludwig Rellstab. El subtítulo original de Beethoven para esta obra fue «quasi una fantasia».

Los otros movimientos de esta misma interpretación de Barenboim están en:

2.º movimiento: http://www.youtube.com/watch?v=zs0QAA0eItU&feature=related.

3.er movimiento: http://www.youtube.com/watch?v=YJeD8ckihN8&feature=related.

Disfruten.

Sunday, August 10, 2008

Música para el alma (4)



Mstislav (Slava) Rostropóvich (1927-2007) interpreta a Johann Sebastian Bach: el Preludio de la Suite n.º 1 para Violonchelo en Sol mayor (G major), BWV 1007.

Rostropóvich fue un gran amigo de Alexander Solzhenitsyn (1918-2008), fallecido hace pocos días. En medio del intenso acoso del régimen soviético al Premio Nobel de Literatura 1970, Slava apoyó a su amigo y lo albergó en su casa. Rostropóvich y Solzhenitsyn compartían, ante todo, una característica en común: eran artistas de excepción y seres humanos de principios e integridad moral.

Saturday, May 3, 2008

Música para el alma (3)



Yundi Li interpreta a Franz Liszt: La Campanella.

Esta es una grabación de parte de la estupenda interpretación en vivo del joven pianista chino Yundi Li, en el año 2002 en Japón.

Nacido en 1982, Li ganó en el año 2000, a los 18 años, el Concurso Internacional de Piano Frederick Chopin, convirtiéndose el más joven ganador en la historia de ese prestigioso evento quinquenal que se celebra en Varsovia. Es uno de los varios jóvenes virtuosos intérpretes chinos que actualmente circulan por el escenario mundial.

La pieza es La Campanella del virtuosísimo pianista y genial compositor romántico húngaro Franz Liszt, que está basada en un tema del famoso concierto homónimo para violín y orquesta del italiano Niccolò Paganini, considerado a menudo como el más virtuoso violinista de historia.

Esta obra es la que se interpreta en la parte final de la película Shine (1996) —una de mis favoritas— donde el excelente actor Geoffrey Rush encarna al atormentado pianista australiano David Helfgott. Luego de terminar la interpretación de esa pieza, la sala entera se pone de pie para aplaudir a un emocionado David Helfgott, agradeciéndole su interpretación y tributándole homenaje a toda la odisea de su vida. Hijo de un padre autoritario y también atormentado (quien había sido perseguido como judío en Europa durante la Segunda Guerra Mundial), había pasado de un niño prodigio a un desquiciado mental, para finalmente salir de la oscuridad, reencontrarse con el piano, ver llegar su amor, y volver a ofrecer su arte al mundo.

Unos cuatro o cinco años atrás tuve el privilegio de presenciar una interpretación en vivo de La Campanella en el Palacio de Bellas Artes, Santo Domingo, en una actividad cultural patrocinada por la Embajada de Alemania, con la magnífica participación de un destacado pianista de esa nacionalidad.

Espero que disfruten la interpretación de este talentoso joven. En el video tenía tan solo 20 años.

Tuesday, March 4, 2008

Música para el alma (2)



Daniel Barenboim y la Orquesta Filarmónica de Berlín interpretan a Wolfgang Amadeus Mozart: el Concierto para Piano y Orquesta n.º 21 (K. 467), 2.º movimiento.

La música eterna de Mozart, interpretada por un gran pianista y director, y una primerísima orquesta. Esta bellísima y sublime pieza es bastante conocida popularmente porque fue usada en la película sueca Elvira Madigan (1967).

La belleza, en sobrada abundancia, sí existe en el mundo. Tanto en la naturaleza como en las creaciones de nuestra civilización humana. Sus manifestaciones están allí afuera palpables. Sólo faltan tener el deseo y la voluntad de verlas; los ojos abiertos, y los sentidos receptivos.

Disfruten.

Wednesday, February 20, 2008

Música para el alma



Daniel Barenboim interpreta a Johann Sebastian Bach: Variaciones Goldberg – Aria

Monday, December 3, 2007

Aproximación a la Novena Sinfonía de Beethoven


El texto siguiente lo escribí originalmente el jueves 16 de enero de 2003 y fue enviado como mensaje electrónico a varios amigos. Le he actualizado los enlaces y añadido una segunda postdata.

---------- o ----------
El manuscrito original de la Novena Sinfonía de Ludwig van Beethoven será pronto oficialmente reconocido por la UNESCO como parte de la lista del Registro de la Memoria del Mundo. El próximo domingo [1] la UNESCO entregará la certificación oficial a la Biblioteca Estatal de Berlín, donde actualmente reposa dicho documento.
---------- o ----------

La noticia anterior la leí con regocijo primeramente en el Diario Libre del lunes 13 [2], y posteriormente la comprobé directamente en el portal oficial de la UNESCO (click => 1, 2 y 3).

Allá en los primeros años de mi adolescencia existía la revista Geografía Universal, diferente (y mejor) del Geomundo que aún existe. A través de esa revista llegué a leer la historia de personajes como Goethe, Galileo, van Gogh, Lord Byron y Ludwig van Beethoven. Eran verdaderas joyas de artículos, con extensas ilustraciones fotográficas a colores, y contenidos de peso real. Allí pude enterarme de que Beethoven nunca pudo escuchar su propia Novena Sinfonía por cuanto ya estaba completamente sordo cuando la compuso. También que el día de su estreno, al finalizar la obra, el público vienés extasiado, aplaudió y aplaudió, pero también agitaron sus pañuelos para que el maestro sordo pudiera ver su emoción. La contralto solista agarró a Beethoven de su brazo y lo hizo voltear al público (había permanecido al lado del director de la orquesta durante la interpretación) para recibir la ovación que estaba siendo objeto.

Después de leer esos artículos decidí que el voluntarioso e idealista Beethoven formaría parte de la lista de mis personajes favoritos. El romántico y también idealista poeta inglés Lord Byron (que murió luchando por la liberación de Grecia del Imperio Otomano) pasó también a figurar en esa lista. Y ambos han permanecido en esa lista desde entonces.

La Novena Sinfonía, particularmente su cuarto movimiento el coro de la Oda a la Alegría (con poemas del escritor alemán Friedrich von Schiller), es una poderosa composición que está asociada en mi memoria a diferentes etapas y episodios de mi vida: la versión del Himno a la Alegría de Waldo de los Ríos que escuchaba de niño en la estación radial HIJB; el hombre en traje que iba silbando esa melodía en la calle peatonal la Florida de Buenos Aires; las escenas de película La Naranja Mecánica, de Stanley Kubrick, donde la música central y favorita del joven y descarrillado protagonista era la Novena Sinfonía; una vez en una estación del metro de la Ciudad México cuando la Oda a la Alegría se hizo presente majestuosamente en los altoparlantes; el ambiente mágico que creaba esa música a través de los altoparlantes externos del local de la Feria de Salónica, Grecia, donde se celebraba la Olimpíada Mundial de Ajedrez en 1984; las imágenes en la TV de la caída del Muro de Berlín en el 1989, acompañadas de esa misma música; el desfile de la recién extinta URSS, llamada la Comunidad de Estados Independientes, en uno de los Juegos de Buena Voluntad (Good Will Games), acompañado de la Oda a la Alegría como su himno; la imagen del actor Richard Gere en la película Mr. Jones, tratando de “ayudar” al director de orquesta a dirigir correctamente esa música; la interpretación del Himno a la Alegría por Ana Belén, Víctor Manuel y sus acompañantes en su gira hace pocos años por los países latinoamericanos (incluyendo Santo Domingo).....

Normalmente guardo uno de los dos CDs que tengo de dicha sinfonía (con Leonard Bernstein y la Orquesta Filarmónica de Nueva York) en mi vehículo y suelo recurrir a él normalmente cuando algo me entristece y necesito sentir, escuchar o palpar algo poderoso y denso, algo de real peso, que me ayude a reanimar y a recordar que el mundo y la humanidad pueden ser bellos. En otras ocasiones, cuando tengo que enfrentar a los largos tapones de nuestras calles en mi vehículo, también recurro a dicha obra. En esos momentos los coros del su cuarto movimiento, La Oda a la Alegría, me ayudan a olvidarme del fastidio de las interminables esperas y de las mezquindades de unos que otros conductores. Quizás la explicación psicológica es que uno llega a sentir en esos momentos que esos fastidiosos eventos son realmente nimiedades comparados con esa imponente música y el noble ideal del la hermandad de la humanidad pregonado por sus estrofas. Puede ser que suene tonto, pero funciona de verdad para mí.

La gran mayoría de las personas habrán escuchado alguna versión popular de la Oda a la Alegría. Mi propia versión popular favorita es la que tengo de la cantante griega Nana Mouskouri, incluida en su CD Concert for Peace [3] (realmente no sé todavía si está cantada en griego o en hebreo).

Por su mensaje, la Novena Sinfonía es la pieza que normalmente se interpreta en los eventos oficiales de las Naciones Unidas. A partir de los eventos del 11 de septiembre de 2001, dicha pieza también ha sido seleccionada para ser interpretada por diversas orquestas alrededor del mundo. La Unión Europea, por su parte, tiene al Himno a la Alegría como su propio himno desde el año 1972.

En Marzo próximo [4], del miércoles 5 hasta el sábado 15 tendrá lugar en el Teatro Nacional el Festival Musical de Santo Domingo en su IV edición. La noche de clausura tendrá lugar un concierto muy especial: se interpretará en la primera parte el Concierto para Piano y Orquesta No. 21 de Mozart, cuyo bellísimo segundo movimiento muchos lo han escuchado en su versión popular adaptada para la película Elvira Madigan. Luego el Festival clausura con la Novena Sinfonía de Beethoven. Ya tengo mis boletos reservados y estaré escuchando la interpretación de esa obra en vivo por primera vez, disfrutando del espíritu de Beethoven exhortando apasionadamente a la humanidad a ser más humana. No se pierdan la oportunidad de asistir a ese concierto y al resto del festival.

P.D. En los siguientes portales existe una traducción al español del texto de Friedrich von Schiller La Oda a la Alegría: click => Sergio Bolanos y Wikipedia


P.D. no. 2, lunes 3 de diciembre de 2007:

I
El concierto del 15 de marzo de 2003 (el último del IV Festival Musical de Santo Domingo) resultó ser un gran éxito. La sala estaba 99.99% llena (todos los boletos fueron vendidos), y los intérpretes estuvieron a la altura de la ocasión y fueron tributados al final por cerca de 10 minutos de aplausos de todos los presentes puestos de pie. Se apreciaba la satisfacción de los músicos de la orquesta, y especialmente del director maestro Philippe Entremont, quien también fue el pianista solista en la primera parte del programa. Esa noche fue uno de esos momentos maravillosos en que siento haber palpado, percibido y entrado en contacto directo con parte de lo mejor que ha producido la humanidad - nuestra humanidad.

II
Unos años han pasado, y mi colección personal de CDs de esta obra continuó aumentando: la versión de Waldo de los Ríos llegó dentro su álbum Antología (EMI, España 2002) gracias a mi hermano menor y uno de sus viajes a España; otra interpretación de Nana Mouskouri, en alemán e inglés, vino en su CD titulado precisamente Ode to Joy (Philips, EUA 2003); otro CD de Herbert von Karajan y la Orquesta Filarmónica de Berlín (de la colección completa de las nueve sinfonías, Deutsche Grammophon, Alemania 1963); y la grabación en vivo del histórico concierto dirigido por Leonard Bernstein el 25 de diciembre de 1989 en Berlín para celebrar la apertura del nefasto muro (Deutsche Grammophon, Alemania 1990), con músicos de orquestas de Alemania y de los países aliados de la Segunda Guerra Mundial. En esa ocasión histórica la palabra alegría fue cambiada por libertad.

Muchas fuentes han perpetuado la idea de que originalmente Schiller quiso escribir una Oda a la Libertad, pero no era prudente en el clima político de 1785, o que escribió una segunda versión titulada de esa manera. Otros estudiosos piensan, sin embargo, que fue realmente una invención de los círculos políticos alemanes del siglo XIX. De cualquier modo, el cambio hecho por Bernstein para la histórica ocasión luce acertado.

III
Por alguna razón la obra magna de Beethoven y la emoción que evoca me acompañaban la semana pasada. El viernes pasado, 30 de noviembre de 2007, alrededor de las 1:30 PM, manejando y luego caminando por las calles de Santo Domingo percibí la mejor temperatura en mucho tiempo. Era uno de esos raros momentos en que todo estaba perfecto: alrededor de 20 – 23 grados Celsius, con una agradable brisa y sin la molestosa humedad. En el cielo estaba el Sol tropical brillante en su apogeo, con escasos rastros de nubes. En las calles, una calidez reconfortante que no molestaba. Tan encantado estaba por ese momento óptimo que ni siquiera la inusitada cantidad de vehículos (por ser un viernes y día final del mes) me molestó en absoluto mientras manejaba. La emoción que evoca la Oda a la Alegría fluía libremente.

La tarde del día siguiente escuché el CD de Leonard Bernstein y la Orquesta Filarmónica de Nueva York (Sony, EUA 1998, de la grabación original de 1968) mientras manejaba para llegar a la librería Cuesta. Pasé directo al scherzo (segundo movimiento) para absorber su vivaz y poderosa energía, y luego a la efusiva y exultante Oda a la Alegría. No sabía de antemano que esa misma tarde se presentaría en esa librería un grupo juvenil ofreciendo un recital navideño. Estando presente allí, cerca del final del mismo, los jóvenes tocaron las inmortales notas de Beethoven que invocan a la alegría y la hermandad. ¡Bravo!

¿Cómo podríamos llamarle a eso? ¿Una simple y pura coincidencia?

Notas
[1] La entrega se realizó el domingo 12 de enero de 2003.
[2] Lunes 13 de enero de 2003.
[3] Grabación en vivo del concierto del 25 de octubre de 1997 en la Catedral Saint John the Divine de la ciudad de Nueva York (Philips - Polygram, EUA 1998).
[4] Marzo del 2003.

Imagen
Retrato de Ludwig van Beethoven (1820) por Joseph Karl Stieler
Wikipedia
http://en.wikipedia.org/wiki/Image:Beethoven.jpg


Wednesday, November 14, 2007

Sobre genios y talentos...

Desde hace mucho tiempo me ha parecido fútil la fascinación por el genio o talento “natural”…[1] El portentoso “don divino” o “regalo de la naturaleza” con el que los genios han sido bendecidos provoca, claro, admiración y maravilla. Nada discutible. Pero yo admiro también, si no es que más, al ser humano que lucha, se esfuerza, y dedica de lleno su energía y corazón a mejorarse, y a llegar por esos medios a producir resultados similares o superiores a los dichosos ejemplos de “accidentes afortunados de la naturaleza” que nacieron con sus super talentos o genios.

En el caso que nos ocupa del gran Capablanca y el ajedrez [2], el ejemplo su sucesor Alekhine presenta claramente un contraste. Por su extraordinaria voluntad, esfuerzo, pasión y amor por su arte, Alekhine sobrepasó los límites a los que llegó Capablanca, sin poseer, quizás, todo el talento/genio natural de Capablanca. El gran maestro checo Salo Flor cuenta que el amor y dedicación de Alekhine por el ajedrez era tal, que lo encontró frecuentemente en las estaciones de trenes, allá en los años 1930, con un pequeño ajedrez magnético analizando posiciones, mientras esperaba por la llegada del tren.

No es ningún secreto que otros de los más grandes de toda la historia profesaron semejante devoción y dedicación a su arte: El gran Akiba Rubinstein, Mikhail Botvinnik, Bobby Fischer, y hasta Garry Kasparov.

Pecándome de atrevido por opinar en un área del que no soy un experto, creo que en la música podemos encontrar una comparación parecida entre Mozart y Beethoven: La extraordinaria voluntad, pasión y amor por su arte de Beethoven, venciendo todos los obstáculos que encontrara en su vida (incluso su sordera), llevándolo a revolucionar la música, me llega mucho más hondamente que el extraordinario genio natural de Mozart.

¿Es el resultado en sí mejor por el mero hecho de que la persona que lo produjo sea un “genio natural” y no tuvo que invertir mucho esfuerzo en producirlo, en comparación con el mismo resultado alcanzado por otro “mero mortal”, que en base a su dedicación y esfuerzo pudo alcanzar la misma hazaña? Obviando las posibles consideraciones económicas de costos/beneficios que no tienen nada que ver con los provechos o bondades en sí del resultado final, la respuesta me parece que es un simple no. Yo personalmente disfrutaría exactamente igual el oratorio Mesías, tal como lo produjo el genio de Händel guiado por “la inspiración divina” en sólo 21 días, que si lo hubiese compuesto algún otro mortal en seis meses. Es la misma comparación que hace ya unos años me hice cuando leí un comentario sobre una jugada de ajedrez en un libro sobre Bronstein: El autor, una autoridad, afirmaba que esa jugada se merecía doble signo de admiración (calificación de excelente) aún sea que haya sido el resultado de un tedioso análisis anterior, sin ser producto de la inspiración espontánea sobre el tablero. Yo sencillamente me pregunté: ¿Realmente habría alguna diferencia? Es decir, ¿tendría más efecto esa jugada si fuese producto de la inspiración improvisada sobre el mismo tablero al momento de la partida en marcha? La respuesta obvia para mí era un no.

Este tema tiene importancia por cuanto hace unos años no era infrecuente para mí escuchar a jóvenes ajedrecistas jactarse de que ellos no estudiaban, ni se preparaban para las partidas [3]. La contrapartida similar existía entre los estudiantes de colegios o universidades. En la mayoría de los casos esto era, claro, incierto, pero era obvia la fascinación por el “genio o talento natural” y el deseo de aparentar poseerlo. A parte de lo ridículo, esto era claramente negativo: Aún fuesen realmente genios naturales, si en adición a esa condición se dedicaran a estudiar, profundizar sus conocimientos y a pulir sus talentos, ¿cuánto más no lograrían alcanzar en la vida?

Notas
[1] Este texto fue escrito originalmente por el autor y enviado por correo electrónico a varios amigos el 8 de agosto de 2006, luego de la lectura del artículo citado en [2].

[2] Philip E. Ross, “The Expert Mind”, Scientific American, Agosto 2006, http://www.sciam.com/article.cfm?chanID=sa006&colID=1&articleID=00010347-101C-14C1-8F9E83414B7F4945, (8 de agosto de 2006).

[3] El autor es Maestro Internacional y ex Campeón Nacional de Ajedrez, ya retirado de las competencias.

Foto
Intelligent Dog
FreeDigitalPhotos.net

Monday, November 12, 2007

Nana Mouskouri - La Grande

Dos videos de mi cantante predilecta, la maravillosa e inmensa Nana Mouskouri. Nacida en Grecia hace 73 años (1934), Nana ya empezó en el 2005 sus giras de conciertos de despedida para finalizar una excelsa carrera de casi 50 años.

Poseedora de una voz angelical en sus mejores años, Nana ha podido deleitarnos a lo largo de su carrera con hermosas canciones de diversos géneros e idiomas que trascienden el tiempo y la moda. También ha usado su hermosa voz para inmortales melodías de la música clásica, y hecho versiones propias de piezas de óperas y lieds.

Difícilmente veremos otra cantante que pueda emular su versatilidad, longevidad y calidad interpretativa en tantas lenguas diferentes.

Aquí tienen dos conocidas piezas que fueron grandes éxitos en sus tiempos. Disfruten.


Nana Mouskouri: Je chante avec toi Liberté (Stars of Europe, 24 de marzo de 2007, Bruselas, Bélgica).
Original de Giuseppe Verdi, coro Va pensiero de la ópera Nabucco (1842). La letra original era de Temistocle Solera, inspirada en Salmos 137.



Nana Mouskouri: Here's to you (les Enfoirés en concert, 26 de enero de 1997, Francia).
Original de Ennio Morricone (música) y Joan Baez (letra) para la película Sacco e Vanzetti (1971).


P.D. martes, 4 de diciembre de 2007, 12:30 PM:

Escuchar de nuevo a Nana siempre es una gran experiencia. La noche después de escribir esta entrada la escuché de nuevo cantar Casta Diva (CD Ode to Joy, Philips, EUA 2003). Impresionante. ¡Bravo!

Hace pocos días, mientras viajaba en mi vehículo, escuché el CD Nana Mouskouri Gold – Greatest Hits (Phillips – Universal, Canadá 2001). Está lleno de bellas canciones y melodías, y particularmente en la interpretación de la canción Le Temps qu’il nous reste su voz se manifiesta tan hermosa y acariciante.